Cada ser humano es un verso único buscando su rima existencial.
Desde el primer estallido de vida, cada acto, cada sueño, cada impulso y cada vivencia van conformando tu melodía, tu sonido, el discurso vital que te acompaña. Y mientras eso sucede, la vida fluye en un vaivén cadencioso, acercándote una y otra vez a las costas de tu continente existencial, ayudándote a acceder a la armónica sonoridad de tu auténtico mensaje vital.
Tu discurso comienza, quizá, más allá de tu consciencia, pero sólo tu determinación, libertad y compromiso, te conceden ese toque único y especial que determina tu auténtica rima.
Cada vez que las cuartillas de la vida se te brindan virginales, tú acabas eligiendo si tu encuentro artístico será un acto de amor o un surco de oscuridad. Y "tu arte de vivir" marca el ritmo, la rima, el contenido y la sabiduría del poeta que te habita, no pocas veces agazapado, en las cuevas de tus simas emocionales.
Amor no rima con dolor, ni sufrimiento con crecimiento; ni tristeza rima con belleza, ni creación con contención.
No estás vivo si sigues cautivo y no logras transmutar si no te dejas de atar.
Y es que la belleza de la rima no habita en su cierre, sino en su apertura. No en cómo terminas, sino en cómo te concedes empezar. Y si tu propósito es abierto, tu disposición saludable, tu atención firme y tu intención sincera, tu rima está conseguida.
Y entonces vivir empezará a rimar con sonreir y empeños con sueños y disposición con creación y libertad con oportunidad y acción con misión y soltar con volar y merecer con crecer y amar con gozar y entonces... sólo entonces, cada acto de tu vida resonará armónico con tu esencia vital, y entonces... sólo entonces tu vida será auténtico arte.
Y entonces este Universo, que para nada es un verso único, rimará jubiloso con tu vida.
Y por hoy es suficiente... valiente ;-))
Salud y paz.
Luis
http://www.efeteando.com/
lunes, 9 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)