martes, 16 de diciembre de 2008

Empieza por donde quieras...

Cada vez que te he escuchado decir... ¿por dónde empiezo?, yo te he sonreído repitiendo... por donde quieras. Y es que, ¿cuántas veces has esperado a tener todo previsto, a disponer de toda la información, a contar con todas las referencias, confiando en descubrir de ese modo el instante adecuado?. Y ese todo nunca es suficiente, la información jamás está disponible por completo y las referencias siempre resultan cuestionables. Y el instante se escurre, una y otra vez, entre tus manos.

Y lo que no sabes, o sabes y no te permites escuchar, es que, el mejor modo de empezar... es empezar. Sencillo, pero no simple. Da igual por dónde. No importa el cómo. Es irrelevante, incluso, el para qué. Si no te gusta el espacio que te habita, empieza por donde quieras, ponte en marcha, date permiso para comenzar a caminar… a descubrir.

Todo instante es adecuado si en ti habita la intención, todo momento propicio si tu decisión te acompaña; aunque la intención sea dudosa o la decisión frágil.

Una vez en el camino, ve descubriendo que la elección siempre está abierta, que tus pasos siempre pueden cambiar su dirección, que el camino puede reescribirse danzando al compás de la melodía de tus deseos. Sigues pudiendo decidir empezar a cambiar por donde quieras. Y el instante en que lo decidas seguirá siendo adecuado y el momento, de nuevo, propicio.

Ahí radica la magia del caminante. Llegar a descubrir que el camino no es más que un sueño fugaz de brillo pasajero y que la fidelidad al camino, en realidad, es la fidelidad a tu íntima libertad para hacer de cada momento una oportunidad nueva para recorrerlo o abandonarlo.

Si ya estás en el camino, es un movimiento suave que te conduce a caminos siempre nuevos. Si no has empezado a caminar, debes romper la inercia de tu estado inmóvil y activar tu atención, intención y deseo. Por eso, cuando eliges comenzar y te concedes el permiso; da igual hacia dónde sea, ya has acertado. El trecho más complejo ya está salvado y, en esa proeza, tú también has comenzado a salvarte.

Si eliges empezar, aún cuando la brújula no indique con claridad el norte de tu nuevo día, ese inicio ya es una victoria… para todos los caminos.

Salud y paz.


luis bueno. http://www.efeteando.com/

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